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Propiedades antinflamatorias de la fruta granada

Extractos
La inflamación, la primera defensa fisiológica en el cuerpo humano, puede protegernos de lesiones causadas por heridas y envenenamientos. Este sistema de defensa puede acabar con microorganismos infecciosos, eliminar irritaciones y mantener las funciones fisiológicas con toda normalidad. Sin embargo, una sobreexposición a esas inflamaciones puede causar disfunciones fisiológicas tales como asma y artritis (Lee et al., 2010).

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Existen numerosas evidencias científicas que ponen de manifiesto el carácter antiinflamatorio de la granada y sus productos derivados (Lansky y Newman, 2007; Shukla et al., 2008; Larrosa et al., 2010; Lee et al., 2010). Algunos extractos de granada, particularmente el de las semillas prensadas en frío, inhiben la acción de las enzimas ciclooxigenasa y lipooxigenasa in vitro.

La ciclooxigenasa es un enzima muy importante en la conversión de ácido araquidónico en prostaglandinas, unos importantes mediadores de la inflamación, que queda, por tanto, inhibida significativamente por la ingesta de extractos de la granada.

La lipooxigenasa media en la transformación del aráquidónico en leucotrienos, otros mediadores de la inflamación que también es inhibida por los extractos de semillas de granada (Tomás-Barberán, 2010). Boussetta et al. (2009) demostraron que el ácido púnico, ácido graso conjugado presente en el aceite de semilla de granada, tiene un efecto antiinflamatorio demostrado in vivo y, por tanto, limita la peroxidación lipídica. Lee et al. (2010) analizaron cuatro taninos hidrolizables, entre los que se encontraban la punicalagina y la punicalina, todos ellos aislados de la granada.

Cada uno de estos compuestos en distintas dosis produjo una inhibición significativa de la producción de monóxido de nitrógeno (NO) en estudios in vitro lo cual tuvo un efecto antiinflamatorio. De Nigris et al. (2007) demostraron que la administración de zumo de granada y extractos de granada a ratas obesas redujo de una manera significativa la expresión de ciertos marcadores genéticos con influencia sobre la inflamación cardiovascular. Posteriormente, Romier-Crouzet (2009) obtuvieron resultados similares con zumo de granada y extractos de granada y observaron una prevención inflamatoria como consecuencia del elevado contenido de ácido elágico.

Por último, Larrosa et al. (2010) observaron que la administración de extractos de granada redujo los niveles de prostaglandinas en la mucosa del colon debido de nuevo a los altos niveles de ácido elágico de la granada.

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